¡BIENVENIDOS!

ENCUENTRA LA MEJOR INFORMACION PARA LA REPRODUCCION, CRIA Y ENTRENAMIENTOS DE APBT Y AMSTAFF

viernes, 17 de junio de 2011

CORRECCION DE DEFECTOS DEL MOVIMIENTO Y MUSCULACION

CORRECCION DE DEFECTOS DEL MOVIMIENTO Y MUSCULACION




TENDENCIA A CRUZAR LAS PATAS AL CORRER:


Miembros delanteros

Si el perro cruza en exceso las patas al moverse y se considera que hay que corregir, hay un procedimiento muy sencillo, pero antes hay que tener en cuenta que sólo sirve para algo si el problema, como hemos dicho varias veces, no es estructural, es decir, si es muy leve o para corregir un hábito. Por intentarlo no se pierde nada. Es muy sencillo: se deja colgar del collar del cuello, por delante y por entre las patas una cuerda o correa que arrastre por el suelo. El perro tenderá automáticamente a separar las patas para no tropezarse. Hacer todos los días unos paseos en estas circunstancia y veréis las mejoras. Que la cuerda no llegue a las patas de atrás.


Miembros traseros

Si la cuerda es larga, tanto como para arrastrar un metro o más por detrás, actúa de correctora tanto de las patas delanteras como de las traseras. Para que únicamente afecte al tren posterior la actuación también es sencilla: se recoge la cuerda a la altura de la cintura con un cinturón de cuerda o correa de tal manera que no moleste a las patas de delante y cuelgue solamente por entre las patas posteriores.

Un método más enérgico consiste en utilizar un arnés de arrastre que tenga un enganche único debajo y atrás, de tal manera que una cuerda arrastre por entre las patas. A esa cuerda va sujeta una resistencia, que puede ser perfectamente una rueda de goma no muy pesada, pues de lo que se trata es de pasear con él para corregir el hábito.


CORRECCION DEL AMBLAJE:

El amblaje constituye una manera de andar que, aparte de provocar posibles problemas en la espalda, es indeseable bajo el punto de vista del estándar de casi todas las razas, se puede corregir, si no es extremo, mediante algunos sencillos ejercicios:

Ponga en el suelo a la manera de barreras trasversales y a lo largo de un recorrido de ocho o diez metros, una serie de pequeños tablones de como diez centímetros de altura y un metro aproximadamente de longitud o, sino, una serie de palos de sección circular colocados perpendicularmente al sentido de la carrera. Hay que calcular la separación de estos pequeños obstáculos a ojo, aproximadamente a un metro uno de otro. Corréis (vosotros por fuera, claro) llevando al perro sujeto a vuestro lado y obligándole a pasar por encima de los estorbos en secuencia. Ir y venir alternándolo con carreras por fuera de los obstáculos. El perro, cuando encuentra los pequeños obstáculos, tiene que abandonar el amblaje y trotar de una manera normal para salvarlos.

Otra manera de corregir es colocar dos o más saltómetros bajos en un recorrido similar al anterior, de ocho o diez metros, y llevar al perro al ritmo de carrera que considere ideal y obligarle a saltar. Por la cuenta que le tiene el perro tiene que trotar para coger un buen impulso. Como en el ejemplo anterior alterna las carreras con obstáculos con carreras lisas. Da buen resultado.


MUSCULACION


Pre-extenuación

Se llama así a ejercicios de acción intensa que actúen sobre un músculo o una zona muy localizada preparándolo para que luego, al hacer un ejercicio de carácter general y no localizado, se vea fuertemente involucrado y el ejercicio de tipo global se convierta en uno de localización. Al repetir ese ejercicio hasta el cansancio de la zona (extenuación) se consigue que otro de espectro más amplio repercuta sobre la zona previamente tratada.

Como ejemplo fácil de comprender y usando el antropocentrismo como recurso para una más fácil comprensión: si vosotros subís una escalera con rapidez vuestros cuadriceps se cansan hasta el extremo de que os fallan las piernas. Si inmediatamente hacéis un ejercicio de carácter general para las piernas que normalmente no afectaría a esa zona hasta el punto de produciros cansancio localizado, veréis como si lo hace. Otro ejemplo: subir seis o siete pisos con rapidez, cuando lleguéis arriba intentar una carrera, las piernas os fallarán como no os fallarían si simplemente os limitarais a correr, si insistierais en correr el esfuerzo se localizaría en los muslos. O también, inmediatamente hacer unas flexiones de piernas: lo más seguro es que no os respondan.

La natación, que es un magnífico ejercicio en casi todos los casos, en el que nos ocupa -de desarrollo de los cuartos traseros-, no tiene casi relevancia. Al nadar, el perro, emplea casi exclusivamente las patas de atrás para dirigir, para timonear y para que flote el tren posterior. Ocurre lo contrario que en la marcha en tierra firme en cuanto a la distribución de los esfuerzos. La responsabilidad del desplazamiento en el agua recae básicamente en los miembros delanteros.

Musculación de los cuartos delanteros y ejercicios para ensanchar el pecho:

La herencia es el primer factor para que los perros tengan un pecho ancho y lo mismo pasa con la musculatura de los hombros. Cuando no es así poco se puede hacer. No obstante sí se puede potenciar el tope que le ha asignado la naturaleza, sobre todo si el perro es muy joven y empezamos a tiempo. Cualquier ejercicio, sea aeróbico o anaeróbico, repercute favorablemente en su desarrollo.

La diferencia es que los ejercicios de resistencia (aeróbicos), usando términos coloquiales y no del todo exactos, ensancha desde dentro y los de musculación (anaeróbicos) aumentan la musculatura sin tanta influencia en el aumento pulmonar y de los espacios internos. La natación está especialmente indicada para lograr este objetivo, con la ventaja de que se puede empezar a cualquier edad y no tiene más contraindicaciones que las que marcan las temperaturas bajas. Esto para ensanchar el pecho.Para fortalecer los hombros cualquier ejercicio vale. Tenemos que tener en cuenta que hasta los saltos, que aparentemente están indicados para los cuartos traseros, obligan a una acción de amortiguación al tren anterior, y la amortiguación se efectúa gracias a los músculos de esta zona, sobre todo los deltoides, pues por su construcción, la articulación del hombro está libre, sin ninguna cavidad en la que sujetarse y, por lo tanto, "enfajada" por los músculos. Por consiguiente, éstos se desarrollan.

Hay que tener también en cuenta que en la marcha y la carrera normal el impulso depende en un 80 ó 90 % de las patas traseras. En cambio, al nadar, se invierte la función de los miembros y el impulso depende de las patas delanteras en el anterior 80 ó 90 %. Es por eso que la natación desarrolla tanto el pecho y los hombros. En el agua los cuartos traseros sólo tienen dos misiones principales: mantener el cuerpo horizontal y la direccional, es decir, actúa de timón. En la impulsión actúan muy levemente.

Otro factor, aunque menor, de desarrollo a tener en cuenta es forzar en los entrenamientos en cuesta, no solamente en la subida (para el tren posterior), sino en la bajada, para cargar el esfuerzo en los hombros y pecho. Efectivamente, al bajar pendientes las patas delanteras tienen que aguantar, frenar y controlar el impulso del descenso con el consiguiente recargo de los miembros anteriores.


La bicicleta y el perro. Mejoras en el trote:


En cuanto un perro alcanza un nivel aceptable en el trote, y sin forzarse en alcanzar su velocidad máxima, corre mucho más que una persona, tanto en velocidad como en resistencia, y resulta prácticamente imposible que una persona pueda aguantar su ritmo y por lo tanto llevarlo cada vez a más y mejorarlo. La solución más racional para igualarse a la velocidad del animal y resistir un entrenamiento prolongado es la bicicleta. Estamos hablando de llevar al perro al máximo de sus posibilidades, aunque por supuesto que para un entrenamiento de salud es suficiente con que corra junto a su dueño. Generalmente no valoramos en su justo término la capacidad atlética de nuestros perros.

Yo recuerdo con admiración a unos Yorkshire que corrían con nosotros, la gente de mi gimnasio, pueden creerme que los dos perrillos aguantaban perfectamente nuestro ritmo durante media hora y más y, por supuesto, no sufrían nada, al contrario, terminaban ladrando, jugando y, aparentemente, pidiendo más guerra.

Hay muchas personas que utilizan al automóvil para entrenar al perro. A mi personalmente me gusta que ambos, hombre y perro, compartan en igualdad de condiciones el esfuerzo, entrenar al perro desde el coche es para mí una falta de respeto a la relación con nuestro animal y a la naturaleza.

La bicicleta y el trote tienen la misma feliz relación que los huevos y el bacon: constituyen un maridaje perfecto. Sin ella sería muy difícil, por no decir imposible, perfeccionar los tres tipos de velocidad posibles: la de salida, la de crucero o sostenida y la velocidad punta. Las tres son mejorables y es muy difícil hacerlo sin recurrir a medios mecánicos por nuestra inferioridad con respecto al animal.

La velocidad de salida requiere de toda la atención del perro y del conductor y es comparable a la salida de un esprintador de atletismo. En exposiciones se ve en muy pocos perros por lo difícil que es de entrenar, se puede hacer corriendo a pie, con salidas bruscas y cortas y animando mucho al perro antes de arrancar, para conseguir que salga en tensión.

La velocidad de crucero es la que el perro puede mantener durante un período de tiempo prolongado: es su velocidad de trabajo. El tiempo que el perro aguanta en su paso ideal y sin salirse de él (cuando se trata del trote) y la rapidez están relacionadas con la condición física del animal. Aquí es indispensable la bici. Hay que ir aumentando gradualmente la velocidad. Medida en kilómetros hora está siempre entre ocho y quince kilómetros hora. Ocho es muy poca velocidad, el perro ni se entera, lo aconsejable es ir a unos 10-12 Km., con cambios de ritmo a más para aumentar la velocidad punta y a menos para que el animal se recupere.

La velocidad punta consiste en ese pico de aceleración que el animal es capaz de mantener por poco tiempo, generalmente ante una emergencia, y que también es muy mejorable. Se aumenta con cambios de ritmo que son muy difíciles de establecer y mantener por un guía sin el recurso de la bicicleta o el automóvil.

El recorrido mínimo no debe de bajar de cinco kilómetros ni sobrepasar los 20. La distancia ideal es entre seis y diez kilómetros.

El terreno debe ser llano, con suelo variado, pero por lo menos en un 80 % duro, de tierra. Hay que evitar las zonas asfaltadas por su acción abrasiva en las almohadillas y el terreno demasiado blando que no favorece la pisada. Vigilar con atención el estado de las plantas de los pies. El perro tiene que salir bien bebido, cada diez kilómetros debe volver a beber si no hace calor, y si lo hace, cada cinco.

Es preferible que el perro vaya con el estómago vacío a que lo haga recién comido. Lo ideal es que haya comido algo, así como tres horas antes.

Darle la oportunidad de que haga sus necesidades antes de empezar a correr y luego, cada vez que paréis a darle de beber o cuando el lo pida.

Normalmente en exposición, que es para lo que se entrenan los cambios de ritmo, sólo se suele ver la velocidad de crucero, pero un buen handler conduciendo a un perro bien entrenado, nos puede hacer apreciar a las tres.


La cinta mecánica:

La cinta, sea mecánica o eléctrica, es un buen complemento a todo tipo de entrenamiento y un sustituto de la carrera al aire libre cuando las condiciones climatológicas o la escasez de tiempo lo impongan. Es un artilugio muy empleado por los profesionales de las exposiciones para mejorar no solamente la forma física sino el trote de sus perros. Cuenta en su haber con la gran facilidad que proporciona para cambiar los ritmos del perro y la comodidad que tiene para el handler. En su contra hay que mencionar la dificultad de encontrar un piso que cumpla el compromiso entre dureza necesaria para que el animal "pise" correctamente y no se le ablanden las manos y la elasticidad, también necesaria simultáneamente, para que no se dañen las articulaciones.


Hay que comenzar con una cadencia suave, de andadura, para entrar en calor, alcanzar la velocidad de crucero, cambiar de vez en cuando de ritmos, propiciar la recuperación activa, y decrecer la intensidad al final de la sesión para permitir la normalización de las constantes. Permite con su uso apropiado aumentar gradualmente la velocidad constante sostenible haciendo que el perro pueda aguantar con soltura la carrera continua a un compás más alto sin fatiga y con naturalidad.

1 comentario: